No quiero hacerte sufrir.

Alguna vez nos dijeron: "No quiero hacerte sufrir", pero el problema es que ya lo están haciendo. En el mismo segundo en que el interlocutor lo expresa una daga rasga la superficie del corazón y lo desarma en lágrimas.

No importa si pasan horas, minutos o segundos entre esta frase y el último adiós. La duda es qué palabras elegir entre las no dichas, que respuesta dejar para que no ahogue tanto el silencio... y no pasa nada... y pasa todo.

Lágrimas, confusión, desilución... "explicame porqué".

No lo sabe o no lo quiere decir para no hacer más ardiente la herida, para no hacernos desangrar de angustia cuando minutos antes nos reimos de algunas de sus ocurrencias.

"yo creí en vos".

Y no sabe qué decir. No tiene las palabras. No sabe manejarlo. Sólo quiere dejarte ir y quedarse con su soledad.

Pero un minuto antes de partir, te abraza y te dice "Perdoname"... es todo lo que puede decir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La psicologia segun Garfield.

El pollo astrofísico

Cuando el Cielo se lleva angeles.