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Mostrando entradas de julio, 2011

01_Pensar in english: chronicles of an indioenglish war.

Pensar en ingles? Apenas podía pensar en argentino y me pedían que mis neuronas en desarrollo pudieran formar una frase coherente en un idioma con el cual empecé a nombrar animales en el jardín de infantes. Es decir, a los seis años se producía el primer encuentro violento con un idioma que siempre sirvió para señalar gatos, perros y colores básicos en una pizarra.  En otras palabras, un gran salto para la comprensión de mi cerebro tener que formular una estructura idiomática con la que no había nacido. Me obligaban a realizar los ejercicios, no había opción frente al requisito de la institución educativa y la chancleta de mi vieja. Normas escolares y chancletas cumplían la misma función, un recordatorio de quién tenía el sartén por el mango. El tema es que la metodología a mí me aburría. ¿A quién le importa donde cuernos esta el lápiz o dónde esta el gato? ¿A quien le importa decir “soy fulanito, soy alumno de inglés”? Eso no nos salva frente a un debate diplomático internacio

Charlas de amigos y una pregunta siniestra.

Imaginemos esta situación. Dos buenos amigos en un bar tomando unas cervezas después de una jornada de trabajo y una mujer que escucha, que los conoce y que sabe que les puede sacar mucha información con solo introducir algunas preguntas. Esas preguntas que no chocan porque están mezcladas con las risas y con las charlas filosóficas... y con esas confesiones poco discretas que tienen los hombres cuando a esta mujer la toman por un amigo mas. Es un movimiento psicológico y audaz, capaz de colocarse ella misma en el lugar menos molesto de esa escena. Suponiendo que todo esto empieza por las vicisitudes del día, los problemas laborales, las discusiones de casa, los problemas del perro, la castración de la gata, las cuotas del colegio y lo buena que esta la minita que los atiende... digamos, que con el transcurrir de los vasos espumantes todo se transfigura en una transición de palabras que va desde bases filosóficas berretas de cómo solucionar el mundo hasta una serie de preguntas en c

En una isla con un paquete de tostadas.

Imaginate una playa divina: arena suave bajo tus pies, el mar haciendo olitas con espuma, a lo lejos un montículo de rocas en donde rompen las grandes olas, palmeras altas, la temperatura ideal y ese traje de baño que venís usando hace varios años.  Siempre amaste la naturaleza y decidiste aventurarte a pasar una semana solo, valiéndote de tus propios recursos para sobrevivir.  Espléndida idea, lejos del ruido y la contaminación de la ciudad.  Además pensas que darte este gusto es algo que se vive una vez en la vida y vale la pena, porque no es sano arrepentirse de haber gastado todos tus ahorros tan seguido. Respiras profundo, todo es maravilloso.   Con tus aptitudes de Homo Sapiens pensas que todo va a estar a tu favor. Al Tercer día tenes un hambre que no das más.  Revisas tu bolso y encontras un paquete de tostadas.  Mamá, que sabe más que Darwin, tuvo la clemencia de poner un paquete de tostadas para que sobrevivas.  Ahora lo único que te separa del objetivo es un simple envol

Seguir adelante.

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Muchas veces quizas tenemos sueños que tenemos ganas de cumplir. Algunos se realizaron en su totalidad y otros quedan en el camino. Pero la idea de que existen siempre esta presente. La vida puede ponerte obstáculo, arrimarte gente sensata y de las otras, pero en algun momento las ganas de seguir adelante por ese sueño de seguir creciendo con el alma vuelve a surgir. No importa cuanto tardemos en llegar a adonde queremos, lo importante es seguir adelante apoyándose en las buenas oportunidades y en esas personas que te dan impulso y contención. Lo importante es seguir respirando, oxigenar paso a paso cada tramo del proceso hacia la meta. Podrás caerte algunas veces y preguntarte porqué estas donde estas. Pero siempre estas donde tenes que estar, sólo asi estarás donde querés. El camino es un conjunto de esfuerzo, de expectativas, de planes, de construcciones... más sencillo, más dificil, pero siempre esta. Se llega a pulmón.

No quiero hacerte sufrir.

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Alguna vez nos dijeron: "No quiero hacerte sufrir", pero el problema es que ya lo están haciendo. En el mismo segundo en que el interlocutor lo expresa una daga rasga la superficie del corazón y lo desarma en lágrimas. No importa si pasan horas, minutos o segundos entre esta frase y el último adiós. La duda es qué palabras elegir entre las no dichas, que respuesta dejar para que no ahogue tanto el silencio... y no pasa nada... y pasa todo. Lágrimas, confusión, desilución... "explicame porqué". No lo sabe o no lo quiere decir para no hacer más ardiente la herida, para no hacernos desangrar de angustia cuando minutos antes nos reimos de algunas de sus ocurrencias. "yo creí en vos". Y no sabe qué decir. No tiene las palabras. No sabe manejarlo. Sólo quiere dejarte ir y quedarse con su soledad. Pero un minuto antes de partir, te abraza y te dice "Perdoname"... es todo lo que puede decir.