El arte de procastinar lo inverosimil.

¿Oyeron hablar de la procastinación? Esa palabra que el diccionario del blog no la reconoce, que tiene que ver con aplazar la realización de las cosas. Bueno. Eso. En el estado más puro.



Un buen procastinador sabe que cualquier cosa te puede distraer para sentir el placer de aplazar lo que tenias previamente programado, pero a la vez te hace mucho más hábil en cosas que los demás creen que te lo tomas muy a la ligera. Me pasó con un amigo. Hace un par de años estábamos escribiendo una serie de capítulos de una historia en donde cada uno contaba desde su personaje , la relación con la historia global y con el otro u otros personajes. La cuestión es que un día me dijo "no te lo estas tomando en serio".

Rebobinemos. Se acuerdan que dije que aplazo todo. No me da gracia. No, en serio. Es desesperante saber que lo tenes resuelto en la cabeza pero te volves un adoquin en la práctica. De afuera no se ve nada...o casi nada... con cierto estupor creen que te agarró un ACV o que tus conductas introspectivas se potenciaron a la décima. Intentan volverte a la realidad creyendo que no estas poniendo volutad y por dentro... por dentro es un infierno. Se te ocurrieron cinco formas de resolver lo que tenes que hacer todas distintas o subproductos de los anteriores; desarrollaste lso caminos paralelos de respuesta ajena, la sensación de logro y todo. Y nada, estas ahi sin haberlo hecho. Pero todo eso que usaste para descomprimir ese magma de estres...te volvió un experto.

Me dijo "no te lo estas tomando en serio". Él tardaba entre tres dias a una semana en escribir su capitulo. Yo... unos 15 a 30 minutos. Eso nos puso algo de distancia. Comprendi que mi rapidez para escribir y desarrollar nuevos interrogantes de ficción con sus respectivas interacciones, lo estaba aniquilando. Eran, ponele, 30 minutos de libertad en los que me sentía la mujer maravilla. Sin ataduras, mi mente libre. Todo fluye, nada se traba... es un manjar de musas derritiendose en mis surcos neuronales. Y va este y se enoja porque tardaba de 15 a 30 minutos. Tomarmelo en serio sugeria que tardara mas en hacerlo.

Decidí darle algo de razón. Y procastiné eso que me liberaba. Después de dos años retomé el trabajo y ya no sabía que escribir. Sentí que mi personaje había muerto deshidratado irónicamente a la orilla de un lago o desangrado por la mordida de un candrilo salvaje o envenenado en la noche por una araña gigante. Y recordé el sueño de mi personaje, domesticar un dragón y lo mucho que la ilusionaba aunque ese dragón fuera el gran enemigo final.  Entonces supe que todos los cuentos son procastinadores de finales, todo el nudo es un retraso del final. Hay pocos locos lindos que te cuentan el final al principio, algunas veces . (Hola)

Y aqui estoy en una computadora prestada intentando retomar lo que si o si tengo que terminar. Y seguro que me voy a colgar con algun video de perritos o un corto de pixar. Tal vez me acuerde de una palabra que llega fugaz a mi mente de otra cosa pendiente y deba dejar pendiente lo que estaba terminando para avanzar con lo que estaba mas atrasado.

El caos es el estado natural donde fluyen las mejores corrientes del universo. La musas están ahí, las del trabajo y las de escribir. Y no se porque las separo...si las amo a todas.

Ah, momento... no es procastinación. Es un partido de fútbol entre musas de diferentes clubes!!

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